Imagínate una madre golpeando a su hijo mientras le dice: “Así aprenderás que a los más pequeños no se les pega”. Parece increíble, sin embargo, es una escena cotidiana. Al golpear o gritar a los niños, también estamos lastimando sus sentimientos. Pregúntate siempre: ¿Qué terminan aprendiendo con nuestra actitud? ¿Qué crees que pueden estar sintiendo cuando les gritamos o golpeamos? Seguramente mucha pena o frustración y probablemente tu también sientas lo mismo cuando ves a tu hijo maltratar a su hermanito o a los demás niños en el parque.
¿Qué nos propone la Disciplina Positiva?
Podrían servirte, según el caso, alguna de estas alternativas que nos revela Nelsen, Lott & Glenn en su libro “Disciplina Positiva A-Z”.
· Tomar al niño de la mano y decirle: “Golpear a las personas es irrespetuoso y a nadie le gusta que lo lastimen” “Lamento que estés molesta con el otro niño (con tu hermano) y me imagino lo desagradable que es para ti todo esto” “¿Me puedes contar un poco sobre esto? ¿Cómo te sientes con lo que pasó? ...a las personas no les gusta que le peguen”. Permite que el niño explore y exprese sus sentimientos desde “tu calma”: esto modela la auto-regulación y el respeto.
· “¿Te ayudaría tomarte un tiempo para sentirte mejor? …después conversamos cuando te sientas más tranquilo y nos podamos tratar de forma más respetuosa.” Busca nuestra recomendación anterior sobre el Tiempo Fuera Positivo (TFP) Esta herramienta podría servirles mucho siempre y cuando hayan conversado sobre cómo funciona y para qué sirve el TFP.
· Cuando el niño esté más tranquilo es valioso que le ayudemos a autoevaluarse para que acumule un aprendizaje de lo ocurrido. Podemos hacerles preguntas con “qué” y “cómo”: “¿Qué te molestó?”, “¿Qué te hizo sentir eso?”. La idea es explorar a fondo para después ayudarlo a descubrir otras formas de relacionarse en vez de golpear a los demás. En estos casos los sermones solo provocan que el niño se sienta peor y no logre un estado de calma y claridad para encontrar alternativas más respetuosas para resolver los problemas. Anímate a explorar preguntas desde tu calma.
· Si el niño es muy pequeño (-5) y eres tu la persona golpeada, es bueno que el niño sepa que cuando esto ocurra, te vas a alejar un breve tiempo, sin mencionar palabras, hasta que esté listo para tratarte con respeto. Es importante que le digas lo que harás antes de que lo hagas. El niño tiene que saber con anticipación lo que harás en el caso que él decida seguir golpeándote. También es muy importante que evites dar sermones. Los niños chicos entienden mejor con los hechos que con las palabras. Una vez más tranquilos, lo mejor es conversar al respecto como en el punto anterior: haciendo preguntas de autoevaluación, desde tu calma. ·También podrías decirle: “Lo que haces me lastima y no me gusta…me siento mal cuando me pegas” “Cuando estés más tranquilo, una disculpa tuya me ayudaría a sentirme mejor” No obligues a disculparse, lo importante aquí es enseñarle a través tuyo, a expresar los sentimientos y a saber pedir al otro que lo respeten.
· También podrías decirle cuando tu hijo esté en calma: “Creo que al otro niño (a tu hermano) le haría bien recibir una disculpa de tu parte por lo que hiciste …¿qué te parece la idea”?. Es importante que no lo obligues a disculparse, ya que podría estar haciéndolo por ti y no por el niño. Ayudarlo a recuperarse de los errores también lo hará sentir mejor a él.
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Cultivamos la dignidad de las personas al modelar respeto hacia nosotros mismos, compartiendo nuestros sentimientos y deseos sin exigir nada, para que ellos también aprendan a respetarse y a respetar a los demás en el futuro.
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